Mi corazón está cansado de latir
pensando en vos.
Mi cabeza está cansada de repetir tu nombre
TODO el tiempo.
La razón pide a gritos que venga el silencio.
La paz comienza a aparecer de a poco.
La calma quiere convertirse en reina. Pero el
huracán de sentimientos no la deja tomar el trono.
Por su parte, la paciencia, lentamente va
ganando terreno.
Al final de la batalla, mi
sonrisa, cansada de provocar; se encuentra con la tuya.
Y después de todo, me doy cuenta
que cuando dos almas coinciden se produce una fusión sui generis.