domingo, 19 de diciembre de 2010

Hoy, es el momento...

¿Por qué existen las despedidas? ¿Por qué nos tenemos que despegar de personas o cosas que nos hacen bien? ¿Por qué? Son preguntas de esas que no encontramos respuesta ni consuelo cuando el dolor es grande, muy grande. Sentimos bronca, cuando no queremos dejar ir a esa persona que nos lleno de alegría y de felicidad y que aporto algo bueno, algo valioso a nuestra vida. Nos sentimos desahuciados, incomprendidos, sentimos impotencia y muchas ganas de llorar. Y sentir esa sensación horrible de saber que quizás no la volvamos a ver nunca más, y si aún nos queda algo de esperanza, viviremos con la ilusión de que algún día quizás el destino nos quiera cruzar de nuevo.

Dicen que las cosas pasan por algo… pero esa frase no consuela a nadie. ¿Cómo se hace para soltar, dejar ir, abandonar? Al principio cuesta mucho, y con el tiempo lo vas superando o te acostumbras,  pero siempre te queda ese sabor amargo. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde dice el dicho y cuando eso ocurre, es ahí donde realmente tomamos conciencia del valor que tiene cada cosa, cada persona, cada momento. Pero porque tenemos que perder algo/alguien para recién ahí darnos cuenta del inmenso valor que tenía. ¡¿Por qué?!

A veces nos ocupamos de cosas insignificantes, y dejamos para después lo que de verdad es importante. Y no nos damos cuenta del paso del tiempo, de que las cosas cambian de un minuto a otro, lo que hoy esta mañana puedo que no, lo que hoy es negro mañana puede ser blanco…y cuando “te cae la ficha” viene el arrepentimiento y ya es tarde, ya no hay vuelta atrás.

Porque HOY es el momento, YA, AHORA! Y no mañana, porque mañana no sabemos qué pasará, y mañana… puede ser tarde.

1 comentario:

Noe dijo...

Con sólo leer puedo sentir esa impotencia.

Hay que reaccionar antes. Pero nada nos garantiza nada.

Un camino podría ser aprender a ser felices sin atar a nuestra felicidad nada, ni a nadie.