Un escalofrío inesperado comienza a recorrer mi cuerpo. Tus brazos me
rodean por la espalda, envuelves mi cintura. Delicadamente apartas mi
pelo del cuello, te abres camino con tus labios y asciendes lentamiente
hasta mi odio, te detienes, y susurras lentamente: Te quiero.
No hace
falta verte, con solo sentirte en mi espalda, eres tú, de nuevo el juego
comienza. Caricias, abrazos, besos y un leve mordisco en el cuello de
esos que me hacen estremecer, y un gemido rompe el silencio, un
cosquilleo tras otro, una mirada tras otra, sobran las palabras, tu
mirada expresa deseo, la mía... la mía un simple ¡Comeme!
Y entre
mordiscos y besos me pierdo entre tus brazos, todo se para, tu y yo,
como si fuesemos uno, formando parte de mí desatando una locura, ciegos,
mudos... rebosantes de pasión. Tus manos recorren mi cuerpo, tus dedos
se funden en mi piel, nuestros corazones laten al unísono.
Y es que... es ese beso en el cuello con el que me dejo llevar.
Alicia Malon Cabello.
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