domingo, 3 de julio de 2011

Dejame ver tu alma.


Sos lindo. Me haces sentir rara, especial, diferente. Tenés una facilidad increíble para hacerme reír y me encanta. Sos un tiro al aire y eso me confunde. Te doy un poquito de confianza y vos empezás a bajar tu mano por mi cintura. Yo te agarro  y vos me decis: “¿Por qué me agarras la mano?” con  una  mirada que simula ser inocente. Te miro y te contesto: “Porque sé hacia donde se dirige”. Me miras y me sonreís haciéndote el desentendido. Bailamos. Bailas bien. Yo estoy un poco tensa, no me inspiras absoluta confianza. Sin embargo, siento que tus ojos me miran de una forma, dulce, graciosa…

Sabes de mi ciclotimia. Intentas entenderme aunque sabes que es casi imposible. Te limitas a hacerme caso cuando no estoy de humor. Mientras hablas yo te miro atenta y fijamente a los ojos y eso te inhibe. Pero seguís y haces de cuenta que no pasa nada.

 Cuando lloro porque estoy triste sos el único que sabe consolarme. Cuando rio sos la causa de mi risa. Cuando duermo siempre te sueño. Cuando hablo siempre te nombro. Cuando me levanto sos lo primero que pienso. Cuando suena el teléfono siempre espero escuchar tu voz. Cuando escribo sos mi inspiración.

Dejame ver tu alma. Aprender de vos. Contagiarme de tu locura. Enceguecerme de tu pasión.  Regalame tu tiempo, tus ganas, tus palabras. Anula mi desconfianza. Escucha mi voz. Solo quiero aliviar tu dolor.




4 comentarios:

Noe dijo...

ME ENCANTA MERY!!!! anulá mi desconfianza..

Pablo dijo...

Cuanto amor hay en este relato. Excelente Mariana. Como vas llevando la lectura hacia donde uno se cree quye puede llegar y hacés una curva y volvés. Te felicito.
Besos.

Mariposa dijo...

El amor, el amor, el amor... Que lindo mariana! Aca hay un comienzo que tiernas palabras! beso

Mariana dijo...

Gracias a todos por pasar y dejar su comentario! Nos estamos leyendo! :)