Para cualquier mujer su pelo es un
tema.
Para las mujeres ruludas, el rulo
es un mundo aparte.
Hasta hace algún tiempo atrás vivía peleando
con mi pelo. Y hace algún tiempo hacia adelante decidí amigarme con él. Porque
me di cuenta que mis rulos representan y reflejan lo que soy.
Un rulo es un espiral que crece
en forma enroscada, que evoluciona como mi cuerpo, mente y alma. Un rulo es un
conjunto de ideas puestas en acción. Es enrosque, es risa, es diversión. Un rulo
nunca pierde su esencia, porque por más que lo quiero alisar, siempre vuelve. Un
rulo es loco, disparatado, desordenado. Y rebelde, muy rebelde él siempre hace
lo que quiere y se ubica como quiere. Es terco, testarudo. Los rulos son
creativos, espontáneos, sinceros. No se dejan desarmar con cualquier planchita
ni cremita para peinar. Ellos se resisten a dejar de ser lo que son. Se oponen
a la injusticia de ir en contra de su naturaleza ruluda. Son leales a lo que sienten. Se enriedan ellos solitos sin que nadie los entienda. Se dejan atravesar con los dedos, solamente si primero, fuiste capaz de llegar a su alma.
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