No sé porque la inspiración me
viene a la noche cada vez que me estoy por dormir, es ahí cuando surgen mil
ideas en mi mente y escribo en el pedacito de papel invisible que me presta el
cielo. Escribo en el aire pensando que al día siguiente recordaré todo, y luego
eso no pasa.
Y ahora que hace rato tengo ganas
de escribir algo, cuesta en mí que afloren las palabras.
Me siento frente a la computadora
rodeada de rosas y jazmines para ver si su perfume invadiendo mi nariz,
despiertan el baile de las letras en mi mente.
El cielo, color gris perla, también hace
lo suyo…y al final salió esto:
Hoy me declaro en contra del mal
humor, de la hipocresía, del día lunes y de la tristeza.
Le declaro la guerra a la celulitis, la
falsedad y la indiferencia.
Me opongo a todo sentimiento no
expresado y a toda sonrisa guardada.
Me niego a aceptar el egoísmo y
la estupidez humana.
Repudio el rechazo al que es
diferente y excluído.
No tolero la falta de respeto por
pensar diferente.
No soporto la gente que no va de
frente y con la verdad en la mano.
No apoyo el juzgar sin antes
ponerse en el lugar del otro.
No comparto las miradas
desafiantes llenas de rencor.
Y no logro concebir la idea, de alcanzar
un sueño, sin realizar ningún esfuerzo.
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