No soy mujer acostumbrada a
disfrazar lo que siente y piensa. Me gusta la sinceridad, odio la hipocresía,
la falsedad y la soberbia. Amo el olor a lluvia, los jazmines y los libros. Me
fascinan las risas, las miradas y las palabras. Me molestan las personas que se
victimizan y esperan que todo les venga de arriba. Respirar hondo, cerrar los
ojos, y sentir como el aire entra en mis pulmones me da paz. Creer en las
personas me genera ilusión y esperanza. Llorar, enojarme y que la gente me
decepcione me ayuda a crecer y ser más fuerte. Odio la impuntualidad. Me cuesta
ser paciente y tolerante. Soy exigente conmigo misma y con los demás. No me
importa dar más de lo que recibo. Necesito poder confiar en los que me rodean.
A veces quisiera no pensar tanto las cosas. Me gusta escuchar opiniones y tener
la mía. Me encantan las personas que todo lo que hacen, lo hacen porque lo
sienten de corazón. Amo sentir el perfume de un hombre cuando me abraza. Me
molesta que me den órdenes cuando sé lo que tengo que hacer. Cada vez que me
equivoco, trato de aprender. Me sorprende cuánto me conocen mis amigos, a veces
saben más de mí que yo misma. Me cuesta decir te quiero y no se lo digo a
cualquiera. No tengo pelos en la lengua para hablar cuando algo me enoja. Tengo
carácter fuerte y sangre caliente. Así soy yo…