viernes, 8 de abril de 2011

Corazón rajado.


¿Quién cose un corazón cuando se raja?   ¿Cómo se hace para dejar de sentir?  ¿Qué se hace para dejar de pensar? 

No importa lo que te digan no hay nada que te saque el sabor amargo que llevas por dentro.

Nos cuesta tanto aceptar las diferencias y aprender a vivir con ellas. Y es tan difícil manejar las palabras y los silencios, aprender a cerrar la boca a tiempo, decir lo justo para no herir al otro.

¿Por qué queremos o intentamos hacer que el otro cambie? Si nosotros no cambiamos primero, no pretendamos que el otro lo haga. Y además no estamos en condiciones de pedirle que lo haga. Debemos dar lo que esperamos recibir.

Debemos aprender a ser flexibles. Querer al otro tal  cual es y no querer cambiarlo porque algo no nos gusta o nos molesta. Debemos aprender a ser tolerantes, a entender, y respetar al otro. Yo no hice nada de lo que les estoy diciendo y así me fue. Por eso digo esto, para que aprendan.


No hay comentarios: